Un viaje hacia los más profundos valores espirituales de la ciudad sagrada de los Incas
Machu Picchu es uno de los centros espirituales más importante de nuestros tiempos. Visitarlo es una experiencia que todo viajero aventurero sueña realizar alguna vez en su vida. Nosotros elegimos hacerlo junto a los amigos de Inti Path, un programa turístico alternativo que se dedica a preservar y enseñar la tradición de las culturas originales del Perú.
Giuliano Salas y su encantadora esposa Eva nos ayudaron a realizar este viaje iniciático guiados por su enorme sabiduría cultural andina. Una elección que nos permitió conocer en el camino los secretos que cada piedra y templo de la ciudad sagrada de los Incas encierra y que el propio Giuliano se animó a compartirnos en el siguiente video:
¿Cómo llegamos a Machu Picchu?
Al ser Machu Picchu uno de los destinos turísticos más visitados del planeta, las formas de llegar y abordar toda la aventura es muy amplia, pero indudablemente Cusco representa el punto cero ideal desde donde iniciar no solo la travesía hasta el santuario histórico sino también al resto de las atracciones turísticas de las cuales Cusco mismo es clave para entender la magnificencia de la cultura Incaica en general.
Decididos a vivir la experiencia como a nosotros nos gusta, mezclándonos con el entorno y su gente, nosotros llegamos desde Lima por tierra, en un traslado en bus que demoró unas 24 horas y que permite descubrir como el paisaje se va convirtiendo de uno desértico en la costa a uno dominado por el verde y las altas montañas. El valor promedio del pasaje va de unos 25 a 50 dólares y en este punto recomendamos no escatimar gastos porque la comodidad en un día entero de viaje por carretera hace la diferencia. También, en la medida de lo posible, reservar un asiento al frente del bus puede mejorar la experiencia si se desea apreciar abiertamente lo que propone el camino.
Seducidos por las ventajas que suponían vivir todo esto a través de alguien que nos enseñara el mejor camino, nos alojamos en Cusco con la gente de Inti Path, acordando un intercambio pautado desde la aplicación Worldpackers altamente conveniente, y que en próximas entradas nos encargaremos de describir en profundidad.
Gracias a las indicaciones previas que Giuliano nos suministró, pudimos iniciar el traslado hacia Machu Picchu con información previa elemental para comprender el significado y lección espiritual que cada templo y piedra tiene en particular por enseñar.
Sin dudas la aventura ideal hubiera incluido la travesía a través del Camino del Inca, una caminata de unos 40 kilómetros considerada como una de las rutas de senderismo más espectaculares del planeta y que permite sumergirte en la selva a más de 4000 metros de altura. Lamentablemente esta excursión al igual que la visita a lugares claves como el ascenso al emblemático monte Huayna Picchu en la ciudadela hay que pautarlo con meses de anticipación por su alta demanda.
Nosotros tomamos una de las dos opciones restantes que hay para llegar, abordando un bus que demora unas 5 horas hasta la estación de Hidroeléctrica (mucho más económica que el tren), más unas 2 horas de caminata hasta el poblado de Agua Calientes. Este último recorrido a pie se puede hacer en tren (también es muy costoso para los turistas), pero recomendamos ampliamente hacerlo caminando entre la espesura de la naturaleza. Una vez en el pueblo de Aguas Calientes se deberá hacer noche allí, pudiendo aprovechar la amplia oferta gastronómica del lugar para reponer fuerzas. Opciones de hospedaje hay para todos los bolsillos y suele ser un punto de encuentro fabuloso con otros aventureros.

Al día siguiente se puede iniciar el último tramo. El ascenso al propio sitio arqueológico. Se puede subir a pie, utilizando la escalinata de piedra construida siglos atrás por los propios Incas o abordar uno de los buses que salen desde el poblado en un corto viaje de 10 kilómetros. Ya sea se elija una u otra opción recomendamos reservar el ingreso para la primera hora, madrugando lo que sea necesario para ganar posición en una larga cola. El ascenso a pie de unas 2 horas es seguro y bien señalizado y está considerado de dificultad media a moderada.
Ingresar entre los primeros al sitio arqueológico tiene sus ventajas porque podrás disfrutarlo casi en soledad y realizar fotografías sin que un abundante público te arruine la foto;). Si te toca una mañana despejada la vista es única y se puede experimentar una conexión espiritual profunda.

¿Qué ver en Machu Picchu?
Considerada una obra maestra de la ingeniería y una de las 7 maravillas del mundo moderno, Machu Picchu es mucho más que un sitio arqueológico.
Desde la cima se puede vislumbrar toda la alucinante geografía del lugar con los montes Huayna Picchu, Machupicchu y Putucusi como los más relevantes, el río Vilcanota y mucho más.
Subir las dos primeras montañas son de un valor agregado inestimable a toda la experiencia aunque como dijimos antes, es necesario reservar su ingreso con bastante antelación. También exige de un estado físico adecuado para ascender a un buen ritmo.

Para conseguir la clásica fotografía de postal se debe subir apenas se ingrese hasta la denominada “Casa del Guardián”.
Entre las estructuras más distinguidas además de las reconocidas terrazas utilizadas por los Incas para su agricultura, están el Templo de las Tres Ventanas, el Templo del Cóndor, el Templo del Sol y el Intihuatana o reloj solar, esta última una enorme roca tallada que debió servir en tiempos Incas como calendario astronómico.
Por último, si es que no llegaste a Machi Picchu por el Camino Inca, recomendamos llegarse hasta la Puerta del Sol o Intipunku, lugar de ingreso histórico en la época de esplendor de la ciudad, y hoy utilizada para los que llegan luego del gran peregrinaje a la ciudad sagrada.
Como sea que desees abordar este viaje, seguramente te cargará de energía como pocos lugares en el mundo.