We tripantu, Inti Raymi emitiendo junio 21, 2020

We tripantu, Inti Raymi

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Celebramos el inicio del año nuevo en el hemisferio sur
Cada año, entre el 20 y el 22 de junio, en el hemisferio sur tiene lugar el solsticio de invierno. Este acontecimiento, que marca también el comienzo de la estación invernal, es celebrado por varios de los pueblos originarios en Sudamérica como la llegada del año nuevo.

La conexión real que tenían los habitantes de esta tierra con los astros que regían el ciclo natural de la vida, los hacía reconocer en esta fecha un momento de renovación que debía celebrarse como un nuevo amanecer.

Los mapuches llaman a esta día festivo como We Tripantu o Wiñol Tripantu. Es la fecha que marca el inicio del tiempo de siembra y la finalización del tiempo de cosecha, y está determinado principalmente por el ciclo lunar, el cual controla nuestra naturaleza, el tiempo, las lluvias, la vida animal y vegetal.

En las culturas andinas tenía lugar la fiesta del Inti o Inti Raymi. Una ceremonia tradicional que hasta el día de hoy se sigue realizando en comunidades indígenas del Perú, Ecuador y Bolivia y que en épocas del imperio Inca marcaba el punto de partida del nuevo año para toda la sociedad andina.

Vivir en equilibrio con la naturaleza que nos circunda es uno de los valores más grandes que las culturas originarias en esta parte del mundo les han legado a la humanidad toda. Un equilibrio que como sociedades supuestamente desarrolladas deberíamos buscar la forma de recuperar.

En la idea de volver a los valores fundamentales de la tierra, un grupo de artistas Mendocinos se reúne para estas fechas a celebrar el año nuevo del sur con “Pachacuti”. Una expresión Quechua que propone un proceso de profundo cambio en nuestra forma de actuar, pensar y convivir como humanos en armonía con la naturaleza y el cosmos.

En este año que nos está tocando vivir quizás la noche más larga de todas, la celebración se concentró en la producción de una serie de videos que invitan a la reflexión y profundiza en la visión de la cosmovisión andina.

“Año Nuevo del Sur 2020″ “Amaneciendo”

sí como consideramos que la vida tiene un inicio, el comienzo del año nuevo en la tierra también lo tiene, y para una gran cantidad de pueblos del mundo andino-amazónico, su inicio es en el solsticio de invierno.

La celebración del solsticio de invierno como el principio de un nuevo ciclo anual, se realiza por los pueblos originarios andinos-amazónicos, desde épocas remotas hasta la actualidad, con celebraciones como el INTI RAYMI de la cultura Incaica, WE TRIPANTU de la cultura Mapuche entre otras.

Estas culturas han mantenido vivo el ritual de recibir los primeros rayos del sol en el solsticio de invierno, haciendo de ese ritual un festejo popular donde se agradece todo lo recibido por el año que termina y donde también reina un clima de desapego o despojo de lo viejo, construyendo lo nuevo, propiciando un devenir lleno de abundancia.

Durante el invierno es el momento donde se realiza la acumulación de energía e inicia su camino hacia la primavera para explotar y ser pura vida en verano.

Este ciclo lo reconocemos como calendario agrícola.

Para conformar lo que habitualmente denominamos calendario, los pueblos originarios se basan en los movimientos de la madre tierra y los ciclos del sol y la luna, con hitos marcados en el, que nos permite convivir en armonía con la vida y el cosmos.

Este transitar se ve reflejado en la chacana o cruz andina figura geométrica que se utiliza y se imprime en todas las actividades del hombre andino.

La chacana o cruz andina nos va marcando las distintas épocas y momentos del año que tienen relación directa entre los solsticios, equinoccios y las celebraciones populares que fijan lo cultural de nuestros pueblos. Hacer esta lectura de derecha a izquierda nos va mostrando todo lo que acontece en el ciclo, tales como el mes de la pacha mama, el día de muertos, carnavales, época de cosecha, entre otras tantas. Estos son los momentos de las distintas fiestas y celebraciones que se suceden para llegar nuevamente al año nuevo.

El calendario es un sistema de medida del tiempo para las necesidades de la vida. Allí los días, meses y años son una expresión de los ciclos cósmicos y telúricos.

En contraposición, el calendario gregoriano es un sistema de medida del tiempo con referencia exclusiva a hitos que pertenecen a la espiritualidad hegemónica que si bien responde a una determinada cosmovisión, con el devenir de los años se sumaron los hitos que están ligados directamente a la producción y el consumo en el sistema capitalista.

Los solsticios y equinoccios son las principales posiciones que existen en la órbita terrestre con respecto del sol y la luna. Esto ocurre simultáneamente en los dos hemisferios de nuestro planeta con la diferencia que cuando aquí comienza el solsticio de invierno en el hemisferio norte comienza el de verano.

Este es un acontecimiento que trasciende a todos los habitantes que vivimos en el hemisferio sur. Por lo tanto, para quienes vivimos en esta parte del planeta, deberíamos tomar conciencia que el inicio del ciclo anual es con el solsticio de invierno, en el mes de junio, junto al ciclo de la naturaleza.

El solsticio de invierno nos marca el inicio de un nuevo ciclo, el comienzo de otro año nuevo. Esta acción reiterada y repetitiva es la que ordenó al universo y creó las condiciones óptimas que dieron origen a la vida. Esta acción consiste en alejarse de el sol, estrella padre y central de nuestro universo, a través de la rotación y traslación, ese día, esa noche, detiene su marcha se acomoda, reflexiona y comienza su regreso hacia él nuevamente. Volver a este punto le lleva otros 365 días, por la cual transcurren muchos acontecimientos, calor, frío, lluvias sequías, granizo, nieve, tempestades y calma.

Así como le sucede a la madre tierra, exactamente igual le sucede a la mujer y al hombre. Miles de instancias les suceden durante este ciclo. Risas, llanto, alegrías, tristezas, encanto y desencanto. En todos los casos crecemos amparados y protegidos por la luna, el sol y todos los astros que nos contienen en esta marcha silenciosa, que es la vida. Solo, somos estrellas, materia en el universo. Solo somos piedra en la tierra y energía en el aire, fuego en la luz, y agua en nuestros cuerpos.

Equipo de producción
  • Sebastián Alcaráz
  • Eugenia Moreno
  • Quique Öesch
  • Raúl Rivero
  • Miguel Ángel Purpora
  • Carlos Canale
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